Los defectos del tubo neural constituyen la mayor parte de las anomalías
congénitas del Sistema Nervioso Central y derivan del fallo del cierre
espontáneo del mismo, lo cual ocurre en la tercera o cuarta semana del
desarrollo intrauterino; los defectos del tubo neural pueden abarcar las
meninges, las vértebras, su musculatura y la piel que la cubre, por lo que
existen múltiples formas de presentación según sean las estructuras afectadas,
y así, será la gravedad del defecto y su complejidad para la corrección, pero
al mismo tiempo brinda una información acerca del pronóstico, basados en la
etapa del desarrollo en donde se produjo el defecto.
Causas
Normalmente, el tubo neural se forma al principio del embarazo y se
cierra a los 28 días después de la concepción. En los bebés con espina
bífida, una porción del tubo neural no se cierra ni se desarrolla
apropiadamente, lo que provoca defectos en la médula espinal y en los huesos de
la columna. Aunque a ciencia cierta no hay seguridad de qué causa la espina
bífida, se cree que es el resultado de una combinación de factores genéticos,
nutricionales y ambientales, como antecedentes familiares de anomalías del tubo
neural y deficiencia de vitamina B-9 (ácido fólico).
Tipos
Existen diferentes tipos de espina bífida: espina bífida oculta,
mielomeningocele o meningocele.
- Espina
bífida oculta
Es el tipo más leve y más común. La espina bífida oculta produce una
pequeña separación o espacio en uno o más de las vértebras. Muchas personas que
tienen espina bífida oculta ni siquiera lo saben, a menos que la afección se
descubra durante una prueba de imagen realizada por motivos no relacionados.
- Meningocele
En este tipo de espina bífida, sobresale por la
espalda del bebé una especie de bolsa llena de líquido que contiene las
estructuras que rodean a la médula espinal. A veces, esta bolsa está cubierta
por piel. En la mayoría de los casos, la médula espinal y los nervios son
normales o solo están levemente afectados.
- Mielomeningocele
También conocido como espina bífida abierta, el mielomeningocele es el
tipo más grave. El canal medular está abierto a lo largo de varias vértebras en
la parte baja o media de la espalda. Las membranas y los nervios raquídeos
empujan a través de esta abertura en el nacimiento y forman un saco en la
espalda del bebé en el que normalmente los tejidos y nervios quedan expuestos.
Esto hace que el bebé sea propenso a infecciones potencialmente mortales, como
también a parálisis y disfunción de la vejiga y el intestino.
Complicaciones
La gravedad de estas complicaciones se ve afectada por lo siguiente:
- El
tamaño y la ubicación del defecto del tubo neural
- Si
la piel cubre el área afectada
- Los
nervios raquídeos que salen del área afectada de la médula espinal
Complicaciones ortopédicas
Se pueden mencionar:
- Espina
dorsal curva (escoliosis)
- Crecimiento
anormal
- Dislocación
de la cadera
- Deformidades
óseas y articulares
- Contracturas
musculares
Pérdida de la sensibilidad
Debido a que los nervios que van hacia los miembros inferiores se
encuentran leve o considerablemente afectados, los pacientes con espina bífida
presentan una pérdida en la sensibilidad, en su mayoría, en cadera y/o miembros
inferiores.
Hidrocefalia
Muchos niños con espina bífida con el tiempo, desarrollan este problema,
que es causado por un exceso de líquido alrededor del cerebro. Ocurre porque el
cauce por el que fluye el líquido cefalorraquídeo está bloqueado. Cuanto más
arriba está la malformación en la columna, mayor es el riesgo de hidrocefalia.
Esta afección es grave y puede ser mortal.
Infecciones de las vías urinarias y problemas intestinales
El daño en los nervios que controlan la vejiga hace que sea más probable
el desarrollo de infecciones en las vías urinarias, que pueden dañar
a los riñones. También puede que haya problemas de control de esfínteres.
Dificultades de aprendizaje y sociales.
A muchos niños con espina bífida les va bien en la escuela, si bien es
posible que tengan más probabilidades de sufrir Discapacidades del
desarrollo y del aprendizaje que podrían beneficiarse de un plan
de educación especial. Muchos, además, necesitan orientación
psicológica y apoyo emocional para lidiar con sus problemas de salud, de
aprendizaje y sociales.
Mal funcionamiento de la derivación.
Las derivaciones colocadas en el cerebro para tratar la hidrocefalia
pueden dejar de funcionar o infectarse. Las señales de advertencia pueden
variar. Estas son algunas de las señales de advertencia de una derivación que
no está funcionando: dolores de cabeza, vómitos, somnolencia, irritabilidad,
inflamación o enrojecimiento a lo largo de la derivación, desorientación,
cambios en la vista (mirada fija hacia abajo), dificultad para alimentarse,
convulsiones.
Malformación de Chiari de tipo II.
La malformación de Chiari de tipo II es una anomalía cerebral común en
niños con espina bífida del tipo de mielomeningocele. El tronco encefálico, o
la parte más baja del cerebro por encima de la médula espinal, es alargado y se
encuentra en una posición más baja de lo normal. Esto puede causar problemas
para respirar y tragar. En raras ocasiones, se presenta compresión en esta área
del cerebro y se necesita cirugía para aliviar la presión.
Meningitis
Algunos bebés con mielomeningocele pueden desarrollar meningitis, una
infección en los tejidos que rodean el cerebro. Esta infección potencialmente
mortal puede causar lesiones cerebrales.
Médula espinal anclada.
La médula espinal anclada se produce cuando los nervios raquídeos se
unen a la cicatriz donde se cerró quirúrgicamente el defecto. La médula espinal
tiene menos capacidad de crecer a medida que el niño crece. Esta atadura
progresiva puede causar la pérdida de la función muscular de las piernas, los
intestinos o la vejiga.
Respiración alterada durante el sueño.
Tanto los niños como los adultos con espina bífida, particularmente
mielomeningocele, pueden tener apnea del sueño u otros trastornos del sueño. La
evaluación de un trastorno del sueño en personas con mielomeningocele ayuda a
detectar los trastornos respiratorios durante el sueño, que requieren
tratamiento para mejorar la salud y la calidad de vida.
Problemas de la piel.
Los niños con espina bífida pueden tener heridas en los pies, las
piernas, los glúteos o la espalda. No pueden sentir cuando tienen una ampolla o
una llaga. Las llagas o ampollas pueden convertirse en heridas profundas o
infecciones del pie que son difíciles de tratar. Para los niños con
mielomeningocele, el riesgo de tener problemas con las heridas en los yesos es
mayor.
Alergia al látex.
Los niños con espina bífida tienen un mayor riesgo de alergia al látex,
una reacción alérgica a los productos de caucho natural o látex. La alergia al
látex puede causar erupción, estornudos, picazón, ojos llorosos y secreción
nasal. También puede causar anafilaxia, por lo tanto, es mejor usar guantes y
equipo sin látex en el momento del parto y al cuidar a un niño con espina
bífida.
Diagnóstico
- Ecografía
La ecografía fetal es el método más preciso para diagnosticar la espina
bífida en el bebé antes del parto. La ecografía se puede realizar durante el
primer trimestre (11 a 14 semanas) y el segundo trimestre (18 a
22 semanas). La espina bífida puede ser diagnosticada con precisión
durante la ecografía del segundo trimestre.
- Análisis
de sangre
Prueba de alfafetoproteína en suero materno: Para la prueba
de alfafetoproteína en suero materno, se toma una muestra de sangre de la
madre y se analiza en busca de alfafetoproteína (AFP), una proteína producida
por el bebé. Es normal que una pequeña cantidad
de alfafetoproteína atraviese la placenta e ingrese en el torrente
sanguíneo de la madre. Pero los niveles anormalmente altos
de alfafetoproteína sugieren que el bebé tiene una anomalía del tubo
neural.
- Amniocentesis
Si el ultrasonido prenatal confirma el diagnóstico de espina bífida, el
médico puede solicitar una amniocentesis. Durante la amniocentesis, el médico
utiliza una aguja para extraer una muestra de líquido del saco amniótico que
rodea al bebé. Este examen es importante para descartar enfermedades genéticas.
Tratamiento
- Reparación
prenatal: La cirugía prenatal para la espina bífida
(cirugía fetal) se realiza antes de la semana 26 del embarazo. Los
cirujanos exponen quirúrgicamente el útero de la madre embarazada, abren
el útero y reparan la médula espinal del bebé. En pacientes seleccionadas,
este procedimiento también puede realizarse de manera menos invasiva con
un fetoscopio a través de puertos realizados en el útero. Las
investigaciones sugieren que los niños con espina bífida que se sometieron
a cirugía fetal pueden tener una discapacidad reducida y ser menos
propensos a necesitar muletas u otros dispositivos para caminar. La
cirugía fetal también puede reducir el riesgo de hidrocefalia.
- Nacimiento
por cesárea: Muchos bebés que padecen mielomeningocele
están ubicados con los pies adelante (posición podálica). Si el bebé se
encuentra en esta posición o si el médico detectó un quiste o un saco
grande, el nacimiento por cesárea puede ser la manera más segura de tener
al bebé.
- Reparación
postnatal: Durante el procedimiento, un neurocirujano
coloca la médula espinal y el tejido expuesto dentro del cuerpo del bebé y
lo cubre con músculo y piel. Al mismo tiempo, el neurocirujano puede
colocar una derivación en el cerebro para controlar la hidrocefalia.
Realizar la cirugía a tiempo puede minimizar el riesgo de infección
asociado con los nervios expuestos, también puede ayudar a proteger la
médula espinal de más traumatismos.
Recomendaciones
- Incluir
el ácido fólico en la dieta: es una buena idea seguir una
dieta saludable, que incluya alimentos enriquecidos con ácido fólico. Esta
vitamina está presente de forma natural en muchos alimentos, por
ejemplo: pan enriquecido, fideos, arroz, frijoles y garbanzos, frutas
cítricas y sus jugos, yemas de huevo, leche, aguacate, vegetales de color
verde oscuro, como el brócoli y las espinacas.
- Planificación
del embarazo: Es de suma importancia que la mujer planifique
su embarazo, tomando en cuenta muchos factores, su edad, sus factores de
riesgo y antecedentes familiares y los de su pareja, su estilo de vida, el
ambiente en el que llevará su embarazo y en el que se desarrollará el
niño. Es importante que las personas sean conscientes y que vivan una
maternidad de manera responsable.
- Control
prenatal: Es muy importante el control prenatal, con
esto, la madre se asegura, que tanto su salud como la del niño, están
siendo monitoreadas. Se pueden prevenir complicaciones en el desarrollo
del feto, a la hora del alumbramiento, problemas asociados a la madre,
entre otros.
- Edúquese: Es
muy importante que la madre tenga conocimiento sobre la salud tanto de
ella misma, como de su bebé, el estar actualizado de las enfermedades que
se pueden presentar en el embarazo, los factores de riesgo para
desarrollar enfermedades congénitas, la importancia de una buena nutrición
e hidratación, entre muchos otros temas relacionados a la maternidad, es
la clave para disminuir los riesgos de futuras complicaciones.
- No
se auto medique, visite a su médico para una revisión física
adecuada y aclare todas sus dudas.
- Apoyo
psicológico: El desarrollo de enfermedades en cualquier
momento de la vida es una situación difícil de afrontar, por lo que,
recibir el apoyo emocional de la familia y la ayuda psicológica de un
profesional en el área, es de suma importancia.
- Atención
continua: Los niños con espina bífida necesitan un
seguimiento cuidadoso y observación. Los médicos de atención primaria
evalúan el crecimiento, la necesidad de vacunas y los problemas médicos
generales. También necesitan tratamiento y atención continua en: medicina
física y rehabilitación, neurología, neurocirugía, urología,
traumatología, fisioterapia, terapia ocupacional, maestros de educación
especial, asistentes sociales y dietistas.
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Imagen tomada de: Eliza Gordon-Lipkin, MD, FAAP y Paul Lipkin, MD,
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